Reencuentro Peligroso: ¿Amor o Traición?

¿Alguna vez has sentido que una noche puede cambiarlo todo? Permíteme contarte mi historia, una historia que empezó como cualquier otra, pero que terminó reescribiéndolo todo en mi vida.

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Todo comenzó un viernes por la noche. Había una reunión de antiguos compañeros de universidad, y aunque dudé mucho en asistir, finalmente me decidí a ir. No esperaba encontrarme con un torrente de emociones y tan vividas como las que estaba a punto de experimentar.

Al llegar al restaurante donde nos habíamos citado, mis ojos recorrieron la habitación hasta que se encontraron con unos ojos azules que conocía muy bien. Eran los ojos de Marcos, mi exnovio de la universidad. Había sido mi gran amor, aunque la vida y nuestras decisiones nos habían llevado por caminos separados. Estaba acompañado de varios de nuestros antiguos compañeros, charlando y riendo como si hubiéramos retrocedido en el tiempo.

Me acerqué a saludar, y nuestros ojos se encontraron. Pude notar una chispa de reconocimiento y sorpresa en sus ojos, esa chispa que nunca había visto en ninguna otra persona después de él. Después de los saludos y algunas risas compartidas, la noche continuó con mucha algarabía, bebidas y recuerdos.

A medida que avanzaba la velada, me encontraba cada vez más alrededor de Marcos. No era algo intencional, pero las conversaciones y las risas nos acercaban más y más, como si algún imán invisible nos atrajera. En un momento dado, salimos al balcón para tomar aire fresco. La fría brisa era un contraste bienvenido con el calor del restaurante.

En el silencio compartido, dejó escapar un suspiro y volvió su mirada hacia mí, sus ojos azules parecían tener una intensidad especial bajo la luz de la luna.

—Siempre me he preguntado qué habría pasado si hubiéramos tomado decisiones diferentes —dijo finalmente, rompiendo el silencio.

Le miré, sorprendido por su franqueza, pero también sentí un torbellino de emociones. Respondí, sin pensar mucho:

—Yo también, Marcos. Muchas veces me lo he preguntado.

Esa noche, la chispa entre nosotros se había convertido en un fuego crepitante. Seguimos hablando, compartiendo recuerdos y sueños que nunca nos habíamos atrevido a decir antes. No sé cómo ocurrió, pero de repente nuestras manos se encontraron y un estremecimiento recorrió mi cuerpo.

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